Mi nombre es José Santiago Vía Leira, aunque siempre me han llamado Josecho. Nací en el año 1.965 en Ferrol (La Coruña), aunque mi estancia en aquella ciudad fue corta, circunstancial. Cuando tenía dos años mis padres volvieron a Betanzos (La Coruña), ciudad natal de ambos. Mi infancia transcurrió allí y este hecho, haciendo buenas las palabras del poeta, convierten a Betanzos en mi patria. Soy el mayor de tres hermanos y el único varón.

Estudié en La Coruña, en el Colegio Santa María del Mar (Jesuitas) lo cual me sirvió para tener amigos del Cole, en esa ciudad, además de los de Betanzos. Cuando esa etapa tan bonita, que hoy recuerdo con nostalgia, se acabó, me matriculé en la facultad de Arquitectura de la Universidad de La Coruña. Sin embargo, ese mismo año decidí dejarlo y cursar Económicas en la misma Universidad y, más tarde, en la U.N.E.D. Posteriormente hice un master de fiscalidad y finanzas en Esine y monté una empresa con mi mejor amigo como socio, Luis Galán. La denominamos DATA. Era el año 1.987 y Luis se dedicaba a crear imágenes de Empresa (logotipo, aplicaciones del mismo sobre la papelería, rotulaciones, etc.). Yo me dedicaba a llevar la parte contable y fiscal de las empresas, a conseguirles financiación y ayudarles con técnicas de ventas. Nuestros clientes eran pequeños negocios locales. Sin embargo, alguno se expandió y prosperó de tal forma que llegó a facturar cantidades importantes en varios países europeos y de Latinoamérica. Hoy este hecho es relativamente sencillo, pero estamos hablando de finales de los años ochenta y, entonces, era un gran logro.

En el año 1990 ambos decidimos empezar a trabajar por cuenta ajena. Nunca ha sido sencillo ser autónomo en España. Luis Galán sigue siendo mi mejor amigo y un gran diseñador gráfico que ofrece sus servicios desde La Coruña, en la calle San Andrés. Yo, trabajé durante 14 años como empleado de Notaría. Primero para Ramón Blesa de la Parra, después para Luis Gómez Varela y, finalmente, con María José Gil Caballero. Todos son buena gente y fueron buenos jefes. María José fue también una amiga con la que compartí conversaciones de literatura, poesía y cine. Teníamos cierta complicidad y un sentido del humor parecido. Es una persona que dignifica la profesión notarial, ahora desde su despacho de la Plaza de Galicia, en La Coruña. Aprendí muchísimo en esta etapa, sobre todo de Derecho,

Aunque no dejé mi puesto en la Notaría hasta finales de 2.003, ya en 2.001 había constituido dos Sociedades Limitadas de las que soy Administrador Único y que aparecen reseñadas en esta misma página web: ELE Gestión e INVERSIONES Veiga Datorre. La actividad de la primera, inicialmente, aprovechaba la sinergia de mi trabajo. La actividad inicial de la segunda, de alguna manera, venía a satisfacer mi frustración en el campo de la Arquitectura. Fueron años de tramitación de documentos, gestión hipotecaria y de promoción inmobiliaria, hasta el año 2.007, en que ya intuía que había que buscar nuevos caminos. Todo había cambiado con la caída de las Torres Genelas y, posteriormente, de Lehman Brothers

Con mi primer salario compré un regalo a mi madre que siempre lleva en su dedo anular, sujetando los aros de casada (y hablo en plural porque lleva el suyo y el de mi padre, a quién echo de menos desde el año 1.992). Desde ese año, todos los 31 de Diciembre comía 24 uvas, las mías y las suyas, hasta que en el año 1.999 nació mi hija Andrea y consideré que la deuda que la vida tenía conmigo estaba saldada. Desde entonces, como 12 uvas.

Mi segundo salario lo destiné a comprar acciones de Nissan Motor Ibérica. Tenía una cuenta junior en Banesto, de quién siempre he sido cliente y otra en Banco Pastor, aunque ahora haya acabado en el Santander por dos caminos distintos sin haber elegido ninguno de ellos. Mi afición por la bolsa ya había comenzado unos años antes, sobre el año 1.986. Era una época en la que llamabas al Banco por teléfono para que te comprasen o vendiesen acciones al día siguiente. Hasta media mañana no tenías confirmación de si la operación se había ejecutado o no. Los de Madrid tenían mucha ventaja entonces y especular era una quimera. Vinieron los fondos de inversión, los planes de pensiones, los warrants, los derechos sobre acciones. En el año 2.007 entré en contacto con el Trading. Pero, por encima de todo, vino la informática. Yo ya llevaba las contabilidades con un programa de Logic Control cuando nos la enseñaban a llevar a mano en la Facultad y muchos profesionales lo seguían haciendo. Entendí muy rápido que la informática era un arma para los de provincias y he tenido un montón de ordenadores. Creo que Internet y la revolución tecnológica que vivimos ha equilibrado las cosas en este sentido. Hoy, alguien de Madrid que esté físicamente en la Bolsa, no tiene gran ventaja sobre mí, que estoy en La Coruña y dispongo de ADSL de alta velocidad y servidores virtuales en Alemania.  

Durante 5 años compartí despacho y trabajo en La Coruña con un abogado. Entre los años 2.009 y 2.013 se me podía ver a diario por la zona de la plaza de Orense. Nos denominábamos VIA & MENDEZ Consultores y llevábamos una gestión integral de pequeñas empresas, dónde Jesús Méndez Mao (Abogado) se ocupaba de los aspectos legales y yo de los económicos. Fueron años complicados en que las Empresas tenían grandes problemas y, muchas de ellas, antiguos clientes, acabaron cerrando. Otras resistieron a duras penas, como la nuestra. Ante esta situación, en el año 2.013, Jesús siguió con su actividad, como Abogado de forma independiente, en otra oficina próxima a la que habíamos compartido y yo, decidí que había llegado el momento en que debía centrarme más en los mercados financieros. Fue así como el Trading, de ser algo complementario, pasó a ser una actividad laboral más importante durante los años 2.014 y 2.015. Ideé sistemas automáticos EAs, veía gráficas, noticias económicas,... Acabé saturado de todo aquello. No quería pasarme la vida atado a la pata de la silla ni dejarme la vista en las pantallas. Hoy compagino esta actividad con mis otras tareas: la concesión de préstamos hipotecarios, alguna intermediación inmobiliaria, ya sean ventas o alquileres, la fiscalidad y la comercialización de servicios básicos como la electricidad, la telefonía o los seguros. Siempre son tiempos difíciles, pero ningún mar en calma ha hecho un buen marinero.

Durante los años 2.019 y 2.020 he hecho un master en diseño de interiores en la Escuela Superior de Diseño de Barcelona ESdesign, cuyo título he obtenido por la Universidad de Valencia. Obviamente, la arquitectura nunca me ha abandonado. Y, aunque me lo he tomado más como un hobbie que como una profesión, aportará valor a las cosas que hago y me ha ayudado a trabajar con programas que he aprendido a manejar o en los que he mejorado, como Autocad, Photoshop, Indesign....

Durante el año 2.021 he hecho un curso en Derecho Inmobiliario con ESNECA Business School, que tiene convenio con la Universidad de Salamanca. Se trata de actualizar y aumentar los conocimientos jurídicos que he acumulado durante estos años, desde que comencé a trabajar en una Notaría en 1.990. Además, me he sacado el título de I.C.I. (Informador de Crédito Inmobiliario) emitido por el Insitituto Español de Analistas Financieros, para comercializar préstamos hipotecarios con U.C.I. (Unión de Créditos Inmobiliarios) en toda las provincia de La Coruña.

El Mercado Inmobiliario está repuntando de manera sólida, a pesar de la pandemia. Los mercados financieros están mejor regulados y la buena gestión monetaria está dando sus frutos. Aparecen nuevas aplicaciones informáticas (para portatil, tablet o móvil, en Windows, Android e I.O.S.) que comercializamos y nos ayudan a gestionar mejor las empresas de nuestros clientes. Seguimos inmersos en la gestión hipotecaria y el sector Seguros, así como los servicios básicos. 

En definitiva, sigue habiendo dificultades pero muchas OPORTUNIDADES para nosotros y  nuestros clientes.

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Gracias